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ANTONIO SUÁREZ VELÁZQUEZ

Antonio Suárez Velázquez
Antonio Suárez Velázquez

Antonio Suárez Velázquez nació en La Pardilla-Telde a principios del pasado siglo. Hijo de José e Isabel y hermano de Reyes, José, Paco «El Ciclista» y Pino. Siendo niño se trasladó con su familia al colindante San Antonio. Amante de la lectura y escritor de poesía. Al estallar la Guerra Civil se alista en el ejército republicano con sus hermanos José y Francisco, combatiendo en defensa de la democracia, en La Península. Cuando regresa, en 1938, es capturado por tropas sublevadas que lo sacan a la fuerza de aquel entrañable hogar de la Calle Nueva, por sus ideales y la gran cantidad de escritos intelectuales que poseía. Lo llevan fuera de las islas y desaparece su rastro. Un compañero teldense de su mismo escuadrón, al volver, le cuenta a Francisco que Antonio fue fusilado junto a varios soldados leales a la Constitución y que éste, en el momento de tan criminal acto, fue el único que decidió destaparse el rostro. Sus familiares continúan con la búsqueda de su cuerpo, manteniendo viva su memoria.

(Información obtenida a través de su sobrino J. Francisco Santana Suárez, quien nos comenta que el alma de un fusilado nunca deja de irse).

CARMEN BENÍTEZ NOS HABLA DEL MATRIMONIO DE SUS PADRES

«Mi madre llevó muebles, loza y ropa, sábanas, toallas, talegas, paños de cocina. Los muebles fueron: la cama, el tocador, doce sillas, una o dos rinconeras, dos mesas de noche, un cuadro de La Milagrosa, uno de San José en la cabecera con El Niño en los brazos, El Señor en el Huerto, un ropero con cristal al centro, la mesa y cuatro bancos para comer. Las sillas eran pa quien venía a la casa. Calderos rojos, vasos y escudillas.

La casa la puso mi padre y no sé cuanto le costó. Tenía un cuarto grande, un cuarto con la mesa y las sillas y un ropero con la comida. La cocina era empedrada, con un muro con fogón de lata y chimenea. El techo era de tierra de Zamora, vigas y tablas de madera.Tenía un gallinero, mi madre llevó las gallinas y mi padre llevó las cabras pa comer leche. En la galería estaba la pila de destilar y las plantas que antes se criaban con el agua de la mina del Acebuche. Tenía un retrete con la tapa de madera.

Se mataron gallinas pa darle de comer a los familiares y allegados por la mañana. Se hizo sopa con carne de vaca y las gallinas y una carne en salsa. Por la noche, porque se casaron por la tardecita, se convidó con chocolate, vino dulce, galletas y ron. Cuando vinieron de la iglesia, se repartieron cigarros puros. Se hizo baile con maestro Diego Velázquez».

Carmen Benítez Quintero, 75 años. 04/03/2006.

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Carmen Benítez Quintero tostando café en La Hoya Delgado, La Pardilla. (Foto: Fran  Pérez)

LUNAS DE AGUA

Desde hace muchos años busco en el firmamento cómo será la luna nueva de octubre. Mi padre, Juan Vega, me enseñó que «si la luna de octubre se hacía con los cuernos para el sur, era buen año de agua».

La pasada noche he contemplado, junto a unos compañeros, que la luna se hizo como dije. Ahora toca esperar que las siguientes siete lunas nos traigan el agua, tal y como dice el dicho popular: «La luna de octubre, siete lunas cubre».

Si la luna nueva empieza seca, poca agua habrá traído cuando se vaya en menguante. Pero si principia metida en agua, suele salir empapada.

Somos conscientes de que en estas predicciones no existe la ciencia y, según los expertos, estamos entrando en un ciclo seco, pero tenemos la esperanza de que estos celajes de hoy que preludian el otoño, no se queden en cuatro gotas que nos quiten la polvajera de los caminos.

Los labradores se guían mucho por las lunas. Según este aberrunto, los próximos siete meses serán lluviosos. ¡Ojalá que se cumplan las predicciones de los viejos, que faltita nos hace!

Miguel Vega Peña.
(Miembro de Tyldet)

Publicado en el Facebook de Tyldet el 16 de octubre de 2015

Pregón de las fiestas de San Isidro de La Pardilla 2012
Pregón de las fiestas de San Isidro de La Pardilla 2012

Los Finaos

«Con nueve años, recuerdo ir a casa de mi abuelo Domingo Peña Ramírez, en el molino de La Majadilla. Cuando empezaba a caer la noche, en el patio se reunía la familia la víspera del día de Los Difuntos. Llevábamos manzanas francesas, nueces, castañas, higos pasaos, pan bizcochao, queso tierno y almendras. Los hombres bebían ron y las mujeres anís. Rezábamos el Rosario y se hablaba  de los fallecidos de la familia: de mi tía Juana López, mi abuela Isabel, mis bisabuelas Juana y Cha María Ramírez, y de una tía que falleció a los dieciocho años, mi tía Carmen. Recuerdo jugar con una maleta suya donde venía el azafrán y con sus muñecas (…). Al día siguiente íbamos al cementerio. Mi madre no iba, nunca fue, decía que ya lo visitaría cuando muriese».

Carmen Peña González, 79 años. 31/10/2014

En la foto de Federico Rodríguez, Marisa, Saro y Mari Carmen escuchan con atención las historias de Carmen.
En la foto de Federico Rodríguez, Marisa, Saro y Mari Carmen escuchan con atención las historias de Carmen.

Arroz con leche

Receta de Juana González López, madre de la informante, Carmen Peña González, 03 de febrero de 2013, 78 años.

El arroz con leche es uno de los postres más tradicionales de los carnavales. Ha cambiado el sistema de cocción: antiguamente se hacía sobre tres teniques (fogal), posteriormente sobre cocina de gas y más recientemente sobre placa eléctrica; según la informante ha variado el sabor, «antes era más gustoso”.

El arroz con leche es una de esas recetas que además de tener muchas versiones distintas, crean controversia en cuanto a la forma correcta de prepararlo.

Nos dice Carmen que cada uno hace la receta como más le gusta. Yo el arroz con leche lo preparo guisando el arroz directamente con la leche, hay quien primero guisa el arroz en agua y después lo mezcla con la leche. Además, a mí me gusta lavar bien el arroz antes de hacerlo, cosas de antes, porque sabes tú que no venía muy limpio.

Ingredientes (para 4 personas):Arroz con leche

  • 3 litros de leche de cabra o de vaca, según se tuviera.
  • Una escudilla de arroz.
  • 1 cucharadita pequeña de azúcar.
  • Unos granos de sal.
  • 2 trozos pequeños de canela en rama.
  • Un trozo de la cáscara de un limón.
  • Canela en polvo.
  • Matalahúva.

Preparación:

1º.- Se sancocha el arroz con una porción de leche, la canela en rama, la matalahúva y la cáscara de limón. Cuando esté hecho se aparta del fuego.

2º.- Una vez que ya hirvió y se apartó del fuego, se vuelve a poner y se le va echando el resto de la leche y removiendo, por lo menos una hora. Es cuando se le echa el resto de los ingredientes: el pizco de sal, la matalahúva, la canela en polvo, la ralladura de limón y el azúcar. Se hace al gusto, hay quien le gusta espeso, poca leche, o más líquido se le añade más leche.

Para comer:

Hay quien lo sirve en cuenquitos chicos o lo deja en un recipiente, según el gusto de cada uno. Para comerlo hay quien le gusta espolvorearlo de azúcar y hay quien de canela, eso es al gusto.

Mazapán de Artenara

Taller de mazapán realizado el 19 de diciembre de 2012 en el IES Jinámar por la profesora Juana Díaz Medina, según receta tradicional transmitida por su madre Juana Medina Bolaños y su abuela Juana Bolaños Díaz, todas oriundas de Artenara.

Ingredientes:

1 kg de almendrasTyldet-0123t-21-f003

900 g de azúcar

La cáscara de un limón pelada fina

100 g de harina

Preparación:

Después de partirlas, las almendras se ponen en un caldero con agua hirviendo para posteriormente pelarlas con facilidad. A continuación se mezclan con el azúcar y la cáscara del limón y se procede a molerlas en una picadora de carne. Se amasa todo añadiendo la harina para que ligue la mezcla. Luego se moldean los mazapanes con los tamaños que queramos, y por último se introducen en el horno a una temperatura de 150 ºC durante 20 minutos aproximadamente. Se sacan cuando estén dorados y se dejan enfriar antes de manipularlos para evitar que se deformen.

 

La Cigarra en Veneguera, 1954

Dolores Jiménez Betancor, conocida como Lolita Padilla nació en Moya y es vecina de La Pardilla. Siendo niña, junto a su padre y varios de sus hermanos trabajó durante varias zafras en el almacén y cultivo de tomates de Quintana en la playa de Veneguera.

El romance que nos canta es de su cosecha y relata lo ocurrido el 15 de octubre de 1954 en Tabaibales y Veneguera, cuando una plaga de langosta arrasó los cultivos.